Como Una Redondilla.
¡Oh! ¿Cuál es mi dulce amor
corazón que siempre engañas?
A mi alma da tu favor,
tu palpitar de fuertes castañas.
Conocí vida y llantos,
rosas, lírios y violetas;
vendí rimas obsoletas,
mi risa, voz y quebrantos.
Busque la estrella y luna,
y traerte el mejor presente;
me diste el beso ausente,
y tus labios verde tuna.
Corte la rosa roja,
del fastuoso jardín grana,
cuide el tallo a su desgrana,
sus pétalos que no deshoja.
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