I
He dejado las cartas frías,
y atesoro el calor de mi diario amigo;
siento la bienvenida de las letras mías,
y el abrazo de las páginas cual tal abrigo.
II
Pero más que mi diario, mis liras y versos;
aglitina mi amor, borboteando mi canto;
a mi amada que tributo mis besos
y que tanto mi corazón enjugaba su llanto.
III
Ayer, el puerto coronó nuestro feliz encuentro,
corri a tus brazos y vi tu cálido rostro,
donde junto al cénit tu beso acompaño el momento,
cuando me recitabas: ¡Mi vida, a tus amores me postro!
IV
Dios, a tí clamo con el rezo de mi alma,
te pido no me arrebates mi amada tierna,
sopla tu hálito y emite la paz y calma,
quiero estar con ella, en toda la vida eterna.
V
Amada mia, naciste pegada a mi destino,
donde el tiempo aposto la suerte de nuestras distancias,
para alzar la bandera del consumado amor y cariño,
y juntos viajar como telegrama a las infinitas estacias.
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