— AL OMNIPOTENTE CREADOR. —
¡Congréguense!
Todos los seres del mundo,
Los vivos y los inertes,
es el llamado de su creador,
Amo y señor.
Promulgan tus historias:
EL GRAN YO SOY,
Sustentando tu existencia,
Sin principio, ni final;
Clama tus poderes,
La belleza natural,
De los montes y los valles,
Con sentido eternal.
Has venido en el expreso de la eternidad,
Y vas con ruta hacia la parada infinita,
Los cielos, los ríos y los mares;
¿Dime la fórmula de la perfecta invención?
¿Por que no creaste rocas en vez de mares,
nubes en vez de aire?
Todo conecta los sentidos naturales,
¡todo se controla!
¡todo lo ordenas!
¡todo lo planeas!
La gran obra maestra,
del perfecto pintor,
del perfecto escultor,
del omnipotente creador.
Despierto con las mañanas,
de los conciertos aviares,
los falsetes de las cascadas,
los ríos y sus canales,
los timbales de los vientos;
resonando en bosques cientos,
el sol, su salida y su atardecer,
luna y estrellas que destellan el obscurecer,
del espectáculo que pronto,
veré de nuevo amanecer.
La química de los elementos,
desata la esencia del poder en conquista,
de la majestuosa obra que das cimientos,
siendo el único y exacto alquimista,
tu eres el oro y las piedras preciosas,
tú eres mi elíxir de la vida inmortal,
auscultando mi corazón en tierra mortal.
No existe rima sin ti,
no hay versos sin la inspiración,
de todo lo creado y dispuesto,
en toda la esfera verde azul,
Eres mi infusión,
¡Tu eres el poema!,
la esencia de mi oda,
eres amor,
eres mi Señor.
